A veces en la vida nos podemos sentir desbordados y sin posibilidades de afrontar condiciones adversas sobrevenidas, quedando inundados por sentimientos de impotencia y vulnerabilidad, es entonces cuando el sufrimiento inevitable permite descubrir una actitud frente a él: la aceptación, con todo lo que implique.
En este punto doloroso, hay una pregunta clave que nos podemos hacer : "¿Qué puedo hacer con esto que me ha pasado?. Y dos opciones de respuesta: "Puedo seguir sufriendo, o empezar a moverme para cambiar y alejarme de lo que me hace sufrir".
“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”, dijo Viktor Frankl.
No tenemos un poder omnipotente para cambiar las circunstancias de la vida, en cambio si podemos elegir la actitud con la que afrontarlas.
"Cuando uno se enfrenta con una situación inevitable, insoslayable, siempre que uno tiene que enfrentarse a un destino que es imposible cambiar, por ejemplo, una enfermedad incurable, un cáncer que no puede operarse, precisamente entonces se le presenta la oportunidad de realizar el valor supremo, de cumplir el sentido más profundo, cual es el del sufrimiento. Porque lo que más importa de todo es la actitud que tomemos hacia el sufrimiento, nuestra actitud al cargar con ese sufrimiento"
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